jueves, 12 de mayo de 2011

TODO ES ENERGIA - LA CELULA RADIA LUZ







El físico alemán Albert Popp constata la existencia de la radiación luminosa celular

El investigador alemán Fritz Albert Popp, profesor de Física en la Universidad de Marburgo (República Federal de Alemania), acaba de arrojar una nueva luz sobre un tema que apasiona tanto a médicos como a biólogos y físicos: la emisión de radiación luminosa por parte de las células animales y vegetales. 

El doctor Popp ha constatado recientemente la existencia de este proceso natural de los seres vivos, calificada de hipótesis hasta ahora, y ha puesto de manifiesto la gran importancia que ello supone para el tratamiento de numerosas enfermedades; entre ellas, el cáncer.

Desde el descubrimiento realizado por el científico ruso Alexander Gurvich, en 1923, acerca de la existencia de un tipo de radiación por medio de la cual las células se comunicaban entre sí, los biofísicos de todo el mundo han estado a la caza de las partículas y mecanismos implicados en este proceso.

Gurvich, quien trabajó con cultivos celulares de plántulas de cebolla, observó que si se interponía un cristal de vidrio entre las células se producía una desincronización de sus divisiones reproductoras (mitosis); no así con un cristal de cuarzo. 

Lo que le llevó a pensar que existía una emisión de radiación electromagnética entre ellas, perteneciente a la banda de los rayos ultravioletas e implicada en un desconocido proceso informativo intercelular.

Fue un compañero de Popp, del Laboratorio de Biofísica de la Universidad de Marburgo, Bernd Ruth, quien, hace ocho años, pareció dilucidar de una vez por todas la cuestión. Utilizando un multiplicador fotoelectrónico, aparato tan sensible que puede detectar la presencia de una luciérnaga a diez kilómetros de distancia, comprobó que realmente las células emitían luminosidad, aunque de ínfima intensidad (hecho del que, desde 1960, científicos rusos decían haber demostrado).

Ruth encontró, además, los portadores de dicha radiación: unas partículas a las que denominó biofotones. Y constató la excelente capacidad de las células sanas para emitirlas, detectarlas y acumularlas.

Las objecciones surgieron esta vez ante la posibilidad de que esta irradiación fuera de origen térmico, ya que se sabe que todas las sustancias, animadas e inanimadas, emiten cierta radiación siempre que posean una temperatura superior al cero absoluto (-273,16 ºC). Esto es, precisamente, lo que el doctor Popp acaba de refutar, ya que la medición de la radiación celular resulta incomparablemente más potente que la producida por la temperatura.

El ritmo de una célula sana

Popp opina que este tipo de radiación se encuentra, efectivamente, al servicio de la comunicación celular, puesto que se trata de una emisión de tipo lasérico.

Es decir, las células sanas no emiten ondas luminosas de forma caótica, sino rítmica y coherentemente (entendiendo por coherencia un parámetro indicador de la validez del intercambio de información en una comunicación), característica de los rayos láser.

Ello supone un nuevo punto de vista para el concepto de enfermedad, puesto que las células sanas han demostrado ser excelentes acumuladores de fotones y poseen mayor capacidad para conservar su energía que cualquier otro acumulador técnicamente realizable.

Su muerte, sin embargo, hace que se pierda esta capacidad. Hecho comprobado al observarse un aumento cien veces superior de irradiación luminosa cuando ello sucede y su desaparición total al cabo de unas horas.

Para Popp, dado que el deterioro de un sistema biológico, la enfermedad y la muerte implican la disminución de la coherencia y, por consiguiente, el aumento de la pérdida de información, la observación de la radiación de las células vivas contituiría un instrumento inapreciable para realizar diagnósticos prematuros.

Incluso piensa que los organismos enfermos podrían someterse a un tratamiento de coherencia, mediante la aplicación de un estímulo rítmico exterior, para recuperar el ritmo propio. Esta terapia podría ser, por ejemplo, el uso del láser infrarrojo a diodos, ya que científicos de la Universidad de Alma Atta (Unión Soviética) descubrieron en la década de los sesenta que la radiación de esta zona del espectro es, precisamente, una de las más importantes y mayoritarias emitidas por las células.

Otro punto interesante derivado de las investigaciones de este físico alemán se refiere a la concepción termodinámica de los sistemas biológicos.

Se reconocía, hasta ahora, su capacidad de intercambiar no sólo energía con su entorno, sino también materia, por lo que son considerados, desde el punto de vista físico, sistemas abiertos, no conclusos.

La reciente aportación de Popp, defendida hace años por el premio Nobel belga llya Prigogine, es que el ser vivo es, en realidad, el resultado de un complicado y permanente proceso de equilibrio entre las desviaciones más diversas de un estado aparentemente constante, así como que el grado de orden que puede alcanzar y mantener bien acotado por el punto a partir del cual la emisión de la radiación celular deja de ser de tipo lasérico, el denominado umbral láser.

BIOENERGETICA:

 Las macromoléculas biológicas como la melanina, el ADN, la hemoglobina y la colágena se comportan como cristales, con propiedades similares a las descritas por la física de los estados sólidos. Entre otras, el efecto piezoeléctrico y la semiconducción han sido, clásicamente, demostradas como algunas de sus propiedades físicas. Para el ADN y la melanina han sido propuestas, en la literatura, propiedades de superconducción.

* La melanina se comporta como una molécula de ordenamiento biológico a través de su propiedad fundamental de conversión fotón-fonón - por la cual la melanina puede convertir una vibración electromagnética en una vibración acústica.

* El 98% de la molécula del ADN no presenta una función conocida; Fritz Albert Popp postula que puede ser un almacén de fotones. Los glicosaminoglicanos, polímeros de la membrana celular han sido considerados como antenas biológicas estéreoadaptativas. Se postula su participación en la detección de campos electromagnéticos con una acción sobre los canales de las membranas celulares.

* Algunas frecuencias electromagnéticas, en ventanas biológicas de frecuencia e intensidad crítica, tienen acción directa sobre los canales de calcio y las concentraciones relativas de este ión entre el interior y el exterior de las células. Se conoce bien el rol crítico del calcio en los sistemas de transporte de la información biológica.

* El sistema de microtúbulos celulares no solo se comporta como una estructura de sostén. Han sido recientemente involucrados por Penrose y Hameroff como un sustrato biológico para un modelo cuántico de la conciencia. Su ultra estructura es particularmente similar a la de los microchips de los actuales computadores.

* Existe una creciente evidencia de comunicación intercelular en el rango óptico y acústico del espectro.

* Un intercambio de fotones a un ritmo específico constante permite la comunicación celular y tisular a niveles muy por debajo del ruido ambiental. Esta emisión ultra-tenue de fotones ha sido postulada por Popp en La biología de la luz como un mecanismo fundamental para la transmisión de información biológica.

* A una frecuencia de 400 nanómetros, ubicada en el rango ultravioleta del espectro, las células emiten una radiación de foto-reparación que facilita y acelera los procesos de reparación del material genético lesionado. Al parecer algunos cancerígenos interfieren esta propiedad fundamental de todas las células.

* En una superficie de 10-6 cm2, del mismo orden de la superficie celular, la luz solar se hace coherente. Esto significa, según Popp que, a escala celular, la luz solar es una onda portadora de señales.

* Los paquetes de fotones emitidos periódicamente por las células, se comportan como micro-emisiones de láser, por su sincronicidad, coherencia y pureza espectral.

* Cuando una semilla muere, al llegar al límite de no-viabilidad después de un calentamiento, por ejemplo, emite un flash de fotones que se pueden registrar con un contador para tal fin. ¿Libera la célula, al morir, un paquete de información codificado en esta emisión de luz?

* La función celular normal supone la existencia de una diferencia de potencial conocido como potencial de membrana. La patología celular es precedida por un trastorno en los mecanismos de repolarización y / o despolarización de las membranas celulares y, en el campo de la Bioenergética, algunas técnicas como la terapia neural, las electroterapias y la magnetoterapia, se fundamentan en su capacidad de restablecer el potencial de la membrana.

* Los procesos de reparación tisular son activados por potenciales del orden de los milimicrovoltios, conocidos desde tiempos de Galvani como potenciales de injuria y redescubiertos porBecker en el curso de la última década. Estos potenciales de corriente directa son producidos por la neuroglía y transportados por el sincitio de las vainas neurales generando un potencial que facilita la regeneración después de sucedida la injuria celular. La aplicación de corrientes eléctricas de intensidad y polaridad determinadas, favorece la migración de células del sistema inmune hacia focos tumorales metastásicos y facilita su regresión. El sistema inmune se caracteriza así por un comportamiento polar frente al campo electromagnético.

* La aplicación local de campos magnéticos tiene un efecto antálgico y anti-inflamatorio que acelera la recuperación de los tejidos expuestos al trauma.

* La aplicación de campos magnéticos de frecuencia e intensidad determinados, favorece el proceso de reparación de fracturas.

* El efecto gravitatorio sobre las moléculas biológicas crea micro corrientes que favorecen el proceso de reconstrucción y remodelación ósea como respuesta al stress físico. Este efecto se manifiesta sobre la unión del semiconductor P-N establecido entre la molécula de colágena y los cristales de hidroxiapatita. La ausencia de este estímulo nos explica la osteoporosis acelerada en condiciones de vida sedentaria o en astronautas.

* La disminución del campo magnético terrestre a niveles críticos, lleva a la muerte celular - Kaznatchev.

* El núcleo celular puede describirse como un oscilador biológico.

* La célula puede describirse como un elemento de circuito eléctrico oscilante dotado de capacidad, autoinductancia y resistencia eléctrica.

* El ADN se comporta como una antena helicoidal de recepción y emisión de señales biológicas.

* Si desenrollamos el ADN de todas las células, obtenemos una antena con una longitud de miles de millones de kilómetros, equivalente al diámetro del sistema solar.

* El ADN es un resonador biológico con una calidad mil veces superior al mejor de los resonadores concebidos por la técnica.

* En el ámbito biofísico las reacciones químicas suponen un intercambio de fotones a un ritmo específico constante.

* Como lo plantea el Nóbel Szent Gyorgy, la célula puede concebirse, in vivo, como un plasma electrónico activado y su vitalidad podría ser determinada por la densidad de portadores de carga. En este sentido la pérdida de vitalidad puede estar asociada a la pérdida de electrones, como en los estados de oxidación. Los cancerígenos podrían caracterizarse entre otras propiedades por su gran afinidad por los electrones. Los procesos de aporte de cargas negativas, como la terapia por iones negativos, ciertas dietas y algunas formas de aplicación de campos magnéticos, pueden restablecer el balance de cargas celulares.
Nivel de sistemas:
El plasma humano está caracterizado por un potencial que define su tensión superficial. Este potencial Z, determinado por el nivel de cargas negativas que impiden la autoaglutinación celular, parece fundamental en los mecanismos de fluidez de la sangre y la calidad de la perfusión tisular. La presencia de cargas positiva eleva la tensión superficial y favorece la patología. Medidas inespecíficas como la dieta fresca y natural favorecen el mantenimiento de una tensión superficial plasmática por debajo de los niveles de riesgo. (CoandaFlanagan)

Por su estructura y su función, el sistema circulatorio puede asimilarse a un sistema de bobinas biológicas, con capacidad de captar y generar campos electromagnéticos. El corazón es un oscilador eléctrico maestro.

Un sistema de circuitos eléctricos cerrados, como un nuevo sistema de regulación biológica ha sido propuesto en la última década por Bjorn Nordenström, después de más de veinte años de investigación. La aplicación de este descubrimiento le ha permitido un abordaje promisorio de algunas metástasis tumorales y ha dado impulso a la moderna ciencia de electrofarmacología. En esta se puede teledirigir una sustancia como un antimetabolito para aumentar su concentración en sitio eléctricamente activado.

El investigador americano Robert Becker, que ha dedicado buena parte de su vida al estudio de las interacciones entre el electromagnetismo y la vida (es autor de numerosas publicaciones sobre el tema), ha descrito un sistema de corriente directa, que regula entre otros los procesos de reparación tisular. Este sistema, cuya velocidad de conducción es del orden de dos a seis centímetros por segundo, diferente del clásico sistema digital de corriente alterna, cuyo origen es neuronal. Basado en la presencia de semiconductores biológicos como la mielina, este sistema mantiene la carga eléctrica basal tisular, una especie de neurotrofismo sostenido y producido desde el nivel glial.

Desde 1935 los trabajos de Burr, en la Universidad de Yale, pudieron constatar la existencia de una polaridad cráneo-caudal en los mamíferos. Este sistema se orienta con una carga negativa o polaridad norte cefálica y una carga positiva o polaridad sur en la región caudal. En los diferentes segmentos se han podido registrar, igualmente, estas diferencias de potencial.

Así, existe una polaridad norte frontal y sur occipital, que se altera durante la anestesia, la electro-analgesia y el sueño fisiológico, en el que todos los potenciales electrodérmicos situados en el cuero cabelludo caen, excepto en un punto particular de la coronilla donde se registran los potenciales de vértex. Estos son conceptos de importancia primordial para la Bioenergética, en la que toda enfermedad supone una alteración de los sistemas de diferencia de potencial biológico. Antes de la manifestación de la enfermedad clínica hay alteración en la intensidad o la polaridad de estos dipolos biológicos.

Existe una relación, clínicamente constatada, entre las polaridades del sistema nervioso vegetativo y los campos magnéticos. El polo sur representa una vertiente simpaticotónica y el polo norte, orientado hacia la piel, tiene un efecto parasimpaticotónico, local o global, según el punto de aplicación. El hipotálamo se comporta como una especie de brújula del sistema. A escala celular, el núcleo representa el componente norte del dipolo y el citoplasma el componente sur.

Los seres vivos emiten un campo electrodinámico susceptible de ser medido y relacionado con su estado de salud. Este campo, denominado campo L por Burr, ha sido demostrado mediante diferentes técnicas de electrofotografía como la fotografía Kirlian y la electrosonografía - Dumitrescu.

La interacción con este campo biológico es posible a través de diferentes estímulos electromagnéticos en ventanas de intensidad y frecuencias críticas.

Como un sistema de interfase entre este campo circundante y el organismo existe, sobre la piel, una red eléctrica cuyas características anatómicas, y electrofisiológicas que han sido claramente demostradas a la luz de la ciencia oficial.

La piel se comporta como un radar biológico capaz de brindar información del medio interno y transmitir los parámetros electromagnéticos del medio ambiente hasta los diferentes órganos. Esta propiedad se utiliza científicamente en algunas prácticas terapéuticas, como la electroacupuntura y la moraterapia, en las que la medición del potencial del punto electrodérmicoactivo o punto de acupuntura, es el principal fundamento diagnóstico y terapéutico.

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