¿Comemos más de lo que necesitamos?
Yaiza Saiz 14/07/2016 06:00 Actualizado a 14/07/2016 14:22
Comer mínimo tres veces al día puede parece lo más normal del mundo. Pero, para el médico japonés Yoshinori Nagumo, lo recomendable es hacerlo sólo una vez. Es lo que propone en su nuevo libro Un día, una comida (Zenith), un método que cuenta con más de un millón de ejemplares vendidos en todo el mundo.
A sus 60 años, Nagumo defiende que ésta es la fórmula secreta para matenerse eternamente joven (y, a juzgar por su apariencia, podría decirse que sí). Cirujano en Tokio y Presidente de Honor de la Sociedad Internacional Antiaging, su experiencia personal le ha llevado a poner en práctica esta dieta desde hace más de 20 años. Eso sí, sus explicaciones y métodos tienen tantos defensores como detractores, muchos de ellos nutricionistas.
– ¿Por qué cree que comer sólo una vez al día es beneficioso para la salud?
– Cuando hemos comido o bebido demasiado, el estómago se resiente y tenemos acidez al día siguiente porque hemos dañado el intestino. Para remediarlo, lo ideal es dejarlo descansar y prescindir del desayuno.
Si comemos al mediodía, nos sentimos soñolientos y pesados, así que si tenemos que realizar algún trabajo importante, lo ideal es no comer. Es mejor reservarnos para una cena relajada y tranquila. Hay quien dice que con el estómago vacío no se tienen fuerzas, pero todos los animales luchan cuando tienen hambre. Si el hambre no generase más vitalidad, no podríamos sobrevivir.
– Dice que su método tiene un efecto anti-aging. ¿Podría ser el elixir de la eterna juventud?
– Si no comemos por la mañana ni al mediodía, al llegar la noche nos suenan las tripas. La primera vez que suenan, segregamos la hormona de la longevidad, que rejuvenece la piel y las mucosas. La segunda vez se activa la sirtuina, el gen rejuvenecedor, que reactiva las células y los genes. Si nos suenan una tercera vez, el tejido adiposo (la grasa) sintetiza la adiponectina, una proteína que metaboliza la glucosa y tonifica las arterias.
Cuando nos suenas las tripas, segregamos la hormona de la longevidad, que rejuvenece la piel y las mucosas”
– Además perderíamos peso. ¿Es saludable quemar calorías así?
– Las calorías no importan. Por ejemplo, engorda más el azúcar, con 4 kcal por gramo, que la grasa, con 9. El alcohol, con 7 kcal por gramo, es una bebida destilada que no contiene azúcar, por lo tanto son calorías vacías.
Las frutas y las verduras, aunque contienen calorías, son esencialmente fibra alimentaria que el ser humano no es capaz de digerir, de modo que también son calorías vacías. Por lo tanto, basarse en el recuento de calorías es un error.
– ¿Qué ingredientes necesitamos para una única comida completa?
– Nada más levantarnos, si tenemos la cara hinchada, recomiendo mascar chicle para producir saliva. Si seguimos sintiendo la boca seca, hay que beber líquidos. Puede que notemos el estómago vacío, pero en realidad no hay necesidad de comer. Si no podemos aguantar el hambre, lo ideal es comer frutos secos o queso.
Es por la noche, cuando tendremos más hambre, así que tendremos que cenar bien. Hay que escoger alimentos completos sin azúcares refinados. Por ejemplo, arroz integral, cereales integrales o fruta con piel. Hay que evitar las “grasas malas” (grasas trans y omega 6). Es mejor utilizar aceite de albahaca japonesa por ejemplo, o de linaza y evitar la sal y los condimentos industriales. También recomiendo escoger alimentos fermentados y fibra alimentaria (verduras y hortalizas).
Cuando las familias no tenían acceso a cobertura médica, trataban de cuidar de los suyos mediante la alimentación”
– Dice que es mejor comer en boles pequeños.
– Los alimentos principales mejor en platos pequeños y las ensaladas en platos grandes. De este modo, reducimos la cantidad de azúcares que ingerimos sin darnos cuenta.
– Pero, ¿cómo resistir a la tentación de seguir comiendo?
– La vida de las personas tiene un límite. Si le quedaran tres días de vida, ¿dejaría de fumar y haría dieta? No, porque nuestro objetivo a corto plazo en la vida es el placer. Si le dijeran que tiene tres meses, querría irse de viaje, vivir experiencias que nunca ha vivido. El objetivo a medio plazo en la vida es descubrir lo extraordinario.
Pero ¿y si le dicen que le quedan tres años? ¿Priorizaría el placer? ¿Se iría a la caza de nuevas experiencias? Probablemente, pasaría más tiempo con su familia y se encargaría de enseñar lo que hace en su trabajo a sus sucesores. Es decir que nuestro objetivo a largo plazo en la vida es la rutina.
Las personas que valoran la rutina no viven estresadas. No les atraen el placer inmediato ni las experiencias efímeras, sino que quieren devolverle a la vida lo que la vida les ha dado hasta ahora. Pero no estarán más cerca de conseguirlo si maltratan su cuerpo.
Si comemos al mediodía, nos
sentimos soñolientos y pesados, así que si tenemos que realizar algún
trabajo importante, lo ideal es no comer”
– Aconseja no tomar líquidos como el té o el café cuando uno está hambriento.
– El té, el café, el tabaco y el alcohol crean adicción. Si tratamos de mitigar la sensación de hambre mediante sustancias narcóticas de este tipo estaremos favoreciendo la adicción. Cuando el hambre sea insoportable, es preferible comer frutos secos o legumbres secas. Por supuesto, con piel.
– Algunos nutricionistas han criticado su método. ¿Qué tiene que decir al respecto?
– Existen muchos métodos de alimentación saludable, y ninguno es perfecto. No hay más remedio que probar varios para encontrar el más adecuado para cada cual. Si usted es más joven que yo, tiene una mejor condición física y más vitalidad, pruebe cualquier otro método. De lo contrario, le recomiendo que pruebe el mío.
Si le quedaran tres días de
vida, ¿dejaría de fumar y haría dieta? No, porque nuestro objetivo a
corto plazo en la vida es el placer”
– También dice que algunas enfermedades como el cáncer o la diabetes llegan por comer demasiado. – Mediante una buena alimentación, los nutrientes se absorben a través de la mucosa del tracto digestivo, pero al comer demasiado, podemos dañarla. Para arreglar ese daño, las células se dividen, y cuando llegan a su límite, entonces empiezan a reproducirse descontroladamente.
Se trata del cáncer.
Pueden provocarlo los excesos, el tabaco y las enfermedades infecciosas. La tasa de tabaquismo y de enfermedades infecciosas denota una tendencia a la disminución, por lo que es urgente que revisemos nuestras costumbres alimentarias. Por otro lado, la causa de la diabetes son los azúcares refinados. Las ensaladas, la carne y el pescado no contienen azúcares refinados, por lo tanto, por mucha cantidad que comamos, no nos provocarán hiperglucemia. Por lo tanto, hay que evitar estos azúcares y vigilar la calidad de los ingredientes que consumimos.
– ¿Qué es peor: la sal o el azúcar?
– Los dos. El azúcar refinado es la mayor causa de infarto de miocardio debido a la obesidad; también es causa de diabetes, de hipertensión, de infarto cerebral y de cáncer. La sal y los condimentos químicos (como el glutamato monosódico) también pueden provocar hipertensión y aterosclerosis. Recomiendo prescindir de estas sustancias de golpe y cuanto antes: verán qué bien se encuentran al día siguiente.
Las personas que valoran la
rutina no viven estresadas. No les atraen el placer inmediato ni las
experiencias efímeras, sino que quieren devolverle a la vida lo que la
vida les ha dado”
– ¿Por qué cree que la comida asiática está dominando el mundo de la alimentación saludable?
– La comida japonesa ha sido declarada patrimonio cultural de la Humanidad por la Unesco. Sin embargo, lo que comen los japoneses hoy en día no es cocina tradicional japonesa, sino una alimentación plagada de azúcares refinados, grasas nocivas, sal y condimentos industriales.
En la época en que las familias no tenían acceso a cobertura médica, trataban de cuidar de la salud de los suyos mediante la alimentación, y debemos volver a la filosofía básica de entonces
Yoshinori Nagumo es un doctor japonés que no lo ha tenido fácil. Hijo y nieto de médicos de clase modesta, aparcó sus investigaciones universitarias para ponerse al frente de la clínica de su padre en Tokio cuando éste sufrió un infarto repentino. A partir de ahí, se cumplieron todos los tópicos del país nipón: trabajar de sol a sol -llega a la clínica a las 7:30 y nunca acaba antes de las 18 horas- y matar la ansiedad devorando platos y bebiendo al final de la jornada. Este proceso le llevó a pesar 80 kilos con su escaso metro setenta y a sentirse mal. Se comía la cabeza pensando que, en cualquier momento, iba a "morir" de un fulminante ataque al corazón. "Sufría estreñimiento y al hacer fuerza en el baño, empecé a padecer arritmias y a sentir dolor en el pecho".
Nagumo, cirujano experto en cáncer de mama, profesor de la Universidad Médica Jikei (Tokio) y de la de Kinki (Osaka), quiso romper con ese círculo apuntándose al gimnasio y nadando. No funcionó. Cuanto más entrenaba, más hambre tenía y más kilos engordaba.
Huyó del deporte, entrando en un proceso de reflexión que le llevó a practicar una dieta radical y discutida por algunos de sus colegas: Un día, una comida, que ha plasmado en un libro recién lanzado en España por Zenith y del que se han vendido ya un millón de ejemplares en Asia.
El primer paso, y de eso hace ahora 15 años, fue dejar de comer carne y centrarse en el pescado y las verduras. Gracias a eso olvidó las digestiones pesadas y aparcó el estreñimiento crónico. Ahí empezó su paulatina transformación. "Cuando dejé de comer carne se desvaneció mi olor corporal".
Pero para bajar peso, dio una vuelta más a la tuerca y comenzó a comer menos aplicando una vieja costumbre japonesa llamada 'Una sopa y otro plato' (ichiju issai). La idea es seleccionar recipientes pequeños. Un bol para el caldo, otro para el arroz (o pan). Y que el plato principal sea pequeño, da igual que esté compuesto por carne, pescado, verdura... Mientras la comida no sobresalga de los bordes, no hay límites. Se realizan las tres comidas habituales, pero la cantidad ingerida es reducida.
Conforme bajaba volumen y kilos, el médico empezó a verse más joven frente al espejo. "Tengo la piel mucho más tersa, y he rejuvenecido tanto que en un chequeo me han dicho que la edad de mis arterias es de 26 años -ha cumplido 61-".
El salto definitivo
Tras bajar la marcha de la comida y dominar su mente y su estómago, Yoshinori Nagumo dio el salto definitivo al sistema Un día, una comida. Un plan nutricional tan restrictivo que sólo está indicado para personas obesas, hombres mayores de 30 años y mujeres postmenopáusicas.Su razonamiento previo era que comer más de una vez al día es una costumbre reciente y que tomar menos alimentos es una gran herramienta para frenar el envejecimiento y la enfermedad. Según investigaciones recientes, el gen de la supervivencia se activa cuando pasamos hambre. En cambio, cuando estamos saciados, se pone en marcha el gen del ahorro, en pro del mantenimiento de la especie, de modo que el metabolismo acumula grasa y engordamos.
Pero no nos engañemos, dejar atrás la costumbre de comer tres o cinco veces al día, si incluimos tentempié y merienda, no es tarea fácil. Y lo digo porque lo he intentado.
El doctor japonés, que debe de gastar voluntad de hierro, rompe con todas las normas de la nutrición moderna y arranca el día sin desayunar. Y, a poder ser, sin beber. Si tiene la garganta reseca, mastica un chicle. ¡Como lo leen! Y si la noche anterior fue frugal, toma una pieza de fruta con piel -incluidos los peludos kiwis- o un bocata vegetal. Y nada de beber té o café. Los tiene arrestados porque la cafeína en ayunas le provoca náuseas.
Llega el mediodía y Yoshinori receta no comer "por inercia" (¡hora de comer!), sobre todo porque provoca somnolencia, baja el rendimiento en el trabajo -un bien muy presente en su filosofía vital- y no todo el mundo puede echarse una siesta.
Irascibilidad
Tanta restricción calórica hace que con el paso de las horas el león del estómago empiece a rugir. Se activan los líquidos intestinales y la mente lanza mensajes y alertas para que zampemos. Es más, si no se come, se dispara la irascibilidad. Pero el doctor japonés lo ve de forma positiva: "Hay que disfrutar de ese momento. Cuando empieza a sonarme el estómago, es el momento en el que se activa la sirtuina, el gen de la supervivencia. Al pasar hambre, este gen escanea los 60 billones de células que tiene el cuerpo y repara las que están defectuosas o dañadas. Esto significa que no sólo afecta a la esperanza de vida, sino que también sirve para frenar el envejecimiento".Nagumo tiene sus trucos para matar el gusanillo. "En el bolso o en el cajón de la oficina hay que tener frutos secos (sin freír y sin sal) o cualquier cosa para picar que sea sana (él pone ejemplos de fuentes de proteínas como sardinas o camarones secos)".
Lo que no hay que tomar bajo ningún concepto son dulces, porque aumenta el nivel de azúcar en la sangre, activando la hormona de la digestión llamada insulina, que convierte el azúcar en grasa y nos aumenta la grasa visceral. Tampoco acepta la sal, pone a raya las grasas animales y trata de evitar los carbohidratos.
También recomienda comer los alimentos "enteros": pescados pequeños, incluyendo raspa y cabeza, y verduras sin desechar las hojas, las raíces, la piel... Se trata de aprovechar todas las vitaminas, azúcares y sales de los alimentos. Su franja ideal para comer su plato es la tarde noche. Luego, a dormir.
Tras leer el libro y ponerlo a prueba intermitentemente, enfrentándome a los rugidos hambrientos de mi estómago, decidí escribir al doctor para que me aclarara algunas dudas. Éstas son sus respuestas:
- ¿'Un día, una comida' puede usarse una o dos veces por semana como dieta depurativa?
- Sí, es una posibilidad. Comer una vez cada 24 horas puede ser una posible dieta adelgazante o depurativa, pero el método es especialmente útil para rejuvenecer y prevenir el cáncer, no sólo para perder peso.
- Usted tolera más el alcohol que el té y el café. ¿Por qué?
- Es probable que sea porque me gusta el licor (jajaja). Cualquier adicción es perjudicial. Se puede consumir alcohol de forma moderada hasta los 50 años. El tabaco es especialmente dañino para el cuerpo por lo que cualquier fumador debería dejar los cigarrillos inmediatamente. También hay que prescindir de la cafeína si se quiere disfrutar de una vida sana y longeva.
- Cada vez hay más personas que practican deportes de resistencia. ¿Les recomendaría su método o deben comer más?
- Se ha demostrado que el hambre aumenta la mitocondria, que a su vez multiplica la resistencia y la producción de energía, así que es beneficiosa para el ejercicio.
- Arrancar el día sin beber líquido y mascando chicle es difícil de entender. ¿No es mejor tomar una infusión o una fruta?
- Hay que tener en cuenta que nuestro cuerpo es un organismo vivo que almacena humedad y nutrientes que están presentes antes de comer o beber, cuando nos despertamos. El alimento no es necesario cuando el estómago ha sido abastecido el día anterior, y la bebida, tampoco. Mascar chicle estimula la secreción de la saliva e hidrata la garganta. Evidentemente, si la saliva no aparece, se debe beber.
- Los médicos recomiendan carbohidratos por la mañana o al mediodía y usted los relega. ¿Podemos vivir sin 'carbs'?
- Hay varios tipos de hidratos de carbono. Los carbohidratos son los que contienen más azúcar y potencian la obesidad, la diabetes, la arteriosclerosis, y yo sugiero eliminarlos de la dieta. Tomar carbohidratos para desayunar o durante el almuerzo genera insulina, sube el azúcar en sangre y puede provocar somnolencia, que combatimos con tabaco o café, también perjudiciales. Sin embargo, aconsejo consumir alimentos con fibra pues favorecen la proliferación de bacterias beneficiosas para la digestión.
- ¿Realiza mucho deporte aeróbico durante la semana?
- Como no dispongo de mucho tiempo, voy andando al trabajo en lugar de coger el coche. Cuando tomo el tren, evito sentarme, y subo las escaleras en lugar de usar el ascensor.
- Muchos endocrinos japoneses están en contra de su dieta. ¿Qué les responde?
- Cada uno puede elegir el método de salud que más le convenga. Nadie puede negarle a nadie el derecho de escoger su manera de alimentarse y de vivir.
SU LIBRO:
En este libro revolucionario, el
doctor Nagumo nos explica que en los últimos años la comunidad
científica ha comprobado que la reducción calórica tiene un poder
beneficioso para nuestro organismo. El poder reparador de ciertos genes,
que se activaría con dicha reducción, puede ayudar en la prevención de
enfermedades como el cáncer, el alzhéimer o la diabetes.
El doctor Nagumo nos propone realizar una única comida importante sin eliminar alimentos de ningún tipo. Al reducir nuestra ingesta calórica, partes dañadas de nuestro cuerpo recibirán los efectos de nuestros genes reparadores, a la vez que reduciremos nuestro peso de forma saludable, nuestra piel lucirá más joven y nuestra salud en general nos lo agradecerá.
El doctor Nagumo nos propone realizar una única comida importante sin eliminar alimentos de ningún tipo. Al reducir nuestra ingesta calórica, partes dañadas de nuestro cuerpo recibirán los efectos de nuestros genes reparadores, a la vez que reduciremos nuestro peso de forma saludable, nuestra piel lucirá más joven y nuestra salud en general nos lo agradecerá.
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